Albuñol- La Alpujarra - Almeria

Albuñol- La Alpujarra - Almeria


ALBUÑOL , EL POZUELO , LA ERMITA , LA RABITA , LOS CASTILLAS , LOS CHAULINES

Albuñol se haya localizado entre dos potentes ramblas, las de Ahijón y Aldáyar, que forman un amplio anfiteatro al pie del cerro de las Yeseras, derivación secundaria y de poca altitud de la Sierra de la Contraviesa. Distribuye su población entre varias cortijadas, aldeas y diseminados, como Los Chaulines, La Ermita, La Rábita, El Pozuelo y Los Castillos, estos tres últimos en la costa. Cuenta con 5536 habitantes.

Muy repartidos entre las distintas entidades de población, concentrándose la mayor parte de la población en los núcleos de Albuñol, que es el núcleo cabecera y cuenta con 2702 habitantes, y la Rábita. Se trata, pues, de una población a medio camino entre la costa y la Alpujarra, presentando salida al mar por el puerto de La Rábita.

El término municipal comprende un territorio de aproximadamente 63 Km2, disponiéndose de forma alargada en dirección Norte-Sur, abarcando desde las cumbres de la Sierra de la Contraviesa hasta la costa del mar Mediterráneo, quedando definido en este territorio las potentes ramblas de Ahijón y Aldáyar, además de la de Huarea, quedando todo municipio fuera de cualquier espacio natural protegido, localizándose al Sur del Parque Natural de Sierra Nevada.

Construida sobre una superficie ligeramente inclinada, Albuñol se haya conformada escalonadamente por sus casas blancas, estando rodeada tiempo atrás por almendros, los cuales han dejado su lugar a la expansión de los invernaderos.

El núcleo se desarrolló íntimamente condicionado por el medio físico así como a la explotación agrícola del territorio circundante. Albuñol presenta una estructura urbana caracterizada por calles estrechas y empinadas adaptadas a la orografía local, así como una morfología en la que predominan las casas blancas construidas en mampostería con enfoscado y enlucido, y cubiertas de lajas o de teja, presentando rasgos característicos de la tipología alpujarreña.

En el caso de La Rábita, la tipología alpujarreña se encuentra más oculta y transformada. Se trata de un núcleo que se dispone de forma alargada en torno a la costa mediterránea, presentando un conjunto arquitectónico dominado por edificaciones de reciente construcción y materiales modernos, quedando únicamente pequeñas zonas del núcleo o casas dispersas que aún conservan el estilo original.

Por lo demás, se trata de un núcleo que mira al mar, ubicado en una zona de escasa pendiente, rodeado por invernaderos, con una playa ,en la que se observan las barcas de los pescadores, que supone un reclamo turístico.

En cuanto a su historia, a Albuñol se le presupone un origen romano, significando su topónimo “Las pequeñas viñas”. Sin embargo, su época de mayor esplendor la obtuvo con los moriscos, ya que fue entonces cuando se constituyó como cabeza del Gran Cehel o Gran Costa alpujarreña. Estuvo defendida durante los siglos de esplendor nazarí por el castillo de La Rábita.

Fue en el siglo XVI cuando Don Luis Zapata Portocarreño compró la población a Doña Juana, hija de los Reyes Católicos, recibiendo también la concesión del título de ciudad. Tras la expulsión de los moriscos en 1570 se inició la repoblación de La Alpujarra con castellanos, gallegos y leoneses, pero en Albuñol no tuvo lugar hasta el siglo XVII. En 1834, Albuñol se convirtió en Cabeza de partido judicial de su mismo nombre, encontrándose actualmente la sede en Motril.

Albuñol también cuenta con hallazgos arqueológicos que prueban la existencia en el lugar de poblados en el Periodo Neolítico, como así lo atestiguan los restos encontrados en la Cueva de los Murciélagos. El hecho de que Albuñol se encuentre enclavado entre lo que fueron dos colonias fenicias (Adra y Almuñécar), hace que se pueda asegurar sufrió influencias fenicias y posteriormente árabes.

En cuanto a su patrimonio histórico-artístico, cabe destacar la iglesia Parroquial de San Patricio, la plaza del Ayuntamiento y el Castillo de La Rábita, así como la Cueva de los Murciélagos, localizada en su término municipal.

El municipio presenta unas potentes ramblas, a las que van a parar las aguas de lluvia recogidas en la Sierra de la Contraviesa, desde la Haza del Lino hasta el límite con la provincia de Almería. Esta gran cuenca, unido la fuertes pendientes de la zona y la torrencialidad local llevan consigo un claro riesgo de inundaciones y grandes avenidas de agua de forma puntual, como así ha quedado demostrado en varios episodios, siendo los últimos las “nubes” del 69 y del 73, siendo esta última la más violenta y trágica al llevarse consigo una gran cantidad de vidas humanas.

Estas potentes ramblas han sido aprovechadas por la población para la instalación de invernaderos, los cuales ocupan actualmente la práctica totalidad del terreno aprovechable en la zona baja del municipio.

Las zonas altas del mismo aún conservan los antiguos cultivos de almendro y algunas viñas, que anteriormente resultaban rentables. Sin embargo la alta rentabilidad que ofrecen los invernaderos suponen una fuerte presión para la zona alta del municipio, pudiéndose observar como ya existen invernaderos ubicados en laderas de fuerte pendiente, así como las obras de rotura y movimientos de tierras para ubicar otros nuevos, causando de esta manera una transformación radical del paisaje, a lo que hay que añadir la pérdida de suelo producida y la contaminación generada por los invernaderos en funcionamiento.

Todo esta dinámica generada por los invernaderos puede resultar rentable para la población a corto e incluso a medio plazo, sin embargo trae consigo un riesgo derivado de la excesiva dependencia económica de un sector agrario que puede venirse abajo por las oscilaciones del mercado, por lo que sería recomendable poner freno o regular convenientemente la expansión de estos cultivos bajo plástico, para así no destrozar un medio natural que tardaría decenas de años en reponerse y que podría sostener otras actividades que podrían resultar igualmente rentables para la población en el futuro.

En cuanto a las comunicaciones, el municipio de Albuñol presenta dos vías fundamentales de acceso, que son la Carretera Nacional 340 de la Costa que tiene acceso directo a La Rábita, El Pozuelo y a la Carretera C-333 que transcurre por la Sierra de la Contraviesa, pasando por Albuñol. La otra vía de acceso viene dada por la Carretera Cádiar-Albuñol, que comunica estos dos municipios atravesando la Sierra de la Contraviesa de Norte a Sur.

En cuanto a su patrimonio, se puede observar como éste se haya mejor conservado y en mayor cantidad en el núcleo de Albuñol y en los cortijos y cortijadas existentes en la mitad norte del municipio, mientras que en la mitad Sur del mismo se hayan más transformados o desaparecidos como consecuencia del desarrollo de los invernaderos, con la consiguiente llegada de dinero, lo cual ha propiciado una mayor transformación urbanística de la zona, apoyada además por el hecho de encontrarse cerca de la costa y resultar un destino turístico de playa y sol.

Por tanto, es la mitad Norte, que se haya a mayor altura, la que presenta un mejor estado de conservación tanto desde un punto de vista etnográfico como ambiental, pudiendo ser aprovechada esta zona como destino para el desarrollo de un turismo rural, existiendo además bellos parajes en los que poder practicar deportes de bajo impacto como ala delta o parapente, así como disfrutar del sendero de las Angosturas, que está proyectado por el propio Ayuntamiento.

Así pues, podemos concluir con que Albuñol es un municipio que se encuentra en un buen estado económico, gracias a los invernaderos, pero que debería regular esta actividad además de diversificar sus actividades hacia otros sectores, para lo cual podría aprovechar sus recursos etnográficos y ambientales para así atraer un turismo rural que permita mantener un desarrollo en consonancia con su medio.

Por ello, sería bueno plantear una serie de itinerarios encaminados aprovechar sus recursos etnográficos, como son:

- Itinerario de la Arquitectura Tradicional del Conjunto Albuñol-Albondón-Murtas.
- Itinerario de la Arquitectura Religiosa de la Alpujarra Baja.
- Itinerario de los Aljibes de la Contraviesa Sur.
- Itinerario de la Arquitectura Militar de la Contraviesa Sur.
- Itinerario Etnográfico de Albuñol.

Todos estos potenciales que ofrece el municipio deberían ser aprovechados para tratar de este modo de mejorar el nivel económico de Albuñol así como el bienestar de la población, al tiempo que se conserva el medio ambiente y protege su patrimonio etnográfico mediante la creación de un modelo de desarrollo sostenible.

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